Pablo Neruda sobre Maiakovski

Cuando éramos muy jóvenes oíamos la voz sorprendente de Maiakovski. En medio de las órdenes caducas de los sistemas políticos que habían clasificado la poesía -alba y crepúsculo-, se elevaba una voz junto a los martillos de las construcciones; un poeta hundía la mano en el corazón colectivo y extraía de él las fuerzas para elevar sus nuevos cantos. Fuerza, ternura y furia hacen de Maiakovski, hasta hoy, el más alto ejemplo de nuestra época poética.
Pablo Neruda
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